La teoría crítica y la música

Antes que nada, pongámonos en situación. Entendemos teoría crítica como una reflexión racional que busca desvelar la distorsión que la ideología, entendida como falsa conciencia, produce en la concepción de la realidad de las personas. Es decir, se trata de una reflexión filosófica sobre aquellas bases que, desde los mass media, se nos han intentado mostrar como las correctas y las únicas. Dicha teoría tiene lugar en un marco histórico comprendido entra dos guerras mundiales, donde los regímenes totalitarios se encontraban en plena expansión y dominio. Los principales teóricos tratan de demostrar que la sociedad, actualmente capitalista y consumista, se encuentra sometida a una cortina de humo que no le deja observar más allá de lo que se nos pretende mostrar a través de los medios. Por lo tanto tratan de demostrar que ésta, se encuentra engañada y/o manipulada a voluntad de los poderosos (Marxismo, sociedad de clases).

Una vez hecha esta pequeña introducción, apliquémosla a nuestro objeto de estudio: el campo de la música. Como ya hemos comentado en entradas anteriores, la música responde a uno de esos mass media, y por lo tanto se ha visto sometida a lo largo de la historia a la teoría crítica.
En este caso podemos argumentar que pese a que la existencia de los mass media y de la teoría propia, corresponden sobretodo al siglo XX, la música ha sido objeto de manifiesto revolucionario ya desde tiempos atrás. Los mejores ejemplos fueron los compromisos patrióticos y revolucionarios de personajes del XIX como Chopin y Wagner, que mostraron la efectividad de la música para la divulgación de ideas.
Pero como ya hemos dicho es en la Alemania de entre guerras donde surge dicho movimiento filosófico. Y por tanto es aquí donde nos encontramos el primer ejemplo. El swing fue uno de los movimientos musicales más perseguidos por el nazismo. Esto se debía a sus letras “obscenas” y sobretodo a sus bailes poco decentes y provocativos para aquella época.

Si damos un salto en el tiempo y en el espacio, nos situaremos en la España franquista. Durante esta época la música desempeña un papel fundamental en la formación de una sociedad casta, obediente y católica. La música más escuchada en aquella época se caracterizaba por su uniformidad, sin desentonar un tono sobre otro, sus letras inocentes y la representación continua de valores morales. Todo esto por supuesto, y como la Teoría expuesta aquí refleja, con la sutileza y delicadeza necesaria, para que la sociedad siga cegada en su cortina de humo. No es posible repasar este periodo sin nombrar la máquina de censura franquista, que realizaba su labor de una forma “elogiable”, pues pocas letras escapaban a su tijera, y si lo hacían….
Pero pensemos en la actualidad. ¿Realmente nos hemos librado de esa cortina de humo? Si analizamos la pregunta es más compleja de lo que parece. Somos conscientes de la cortina de humo. Somos conscientes de que en la actual “democracia” la libertad de expresión y pensamiento esta garantizada, o debería estarlo. En la actual era de información, existen incluso cadenas exclusivamente dedicadas a la música.
Sin embargo… ¿alguno puede decirme si en alguna de dichas cadenas nacionales ha escuchado alguna melodía punk, o quizás Oi!, o quizás hip hop, o quizas heavy metal?... Se empeñan en lanzarnos mensajes de amor, tristeza, fidelidad, amargura, relaciones, en definitiva vanales y superficiales temas, que no hacen sino distraer y mantener ocupadas las inquietudes de los receptores…..pero ¿qué hay de aquellas letras que simplemente hablan de parados, desobediencia, violencia, sexo incluso o simplemente letras que se preguntan sobre la veracidad del sistema político, económico y social de hoy en día??? ...esas hay que buscarlas en otros lugares.


Me limitare a citar a Lev Nikolaevich Tolstoi: Allí donde se quiere tener esclavos, hay necesidad de toda la música posible. Y esto amigos míos, en mi humilde opinión, no obedece a sistemas políticos y es atemporal…


Gabriel Estrella Palanca